PAN DE CEBOLLA

 

El pan es un alimento básico en nuestra alimentación, y a pesar de que hasta hace poco intentábamos apártalo de nuestra mesa, porque pensábamos que engordaba por su alto contenido en hidratos de carbono, realmente no es así, lo que engorda es lo que en ocasiones acompaña al pan, fiambres, salsas grasas, etc.

En la mayoría de las dietas equilibradas aparece una ración de pan, porque además de las propiedades que nos aporta, posee un gran poder saciante que hace que no comamos más de la cuenta, como ocurre cuando no acompaña nuestras comidas.

No sólo tiene hidratos de carbono sino que además posee en su composición, proteínas, hierro, vitaminas y minerales, convirtiéndose en una buena fuente de energía. Evidentemente no es recomendable para personas celiacas, pero sí lo es en el resto de personas, desde la más tierna infancia hasta la madurez.

Y lo que os recomiendo que no dejéis de hacer, es elaborar en alguna ocasión vuestro propio pan, para mí es una verdadera gozada, preparar la masa, darla forma y cocerla.

El sabor es maravilloso, la textura y el olor son incomparables. Realmente merece la pena, tengáis o no panificadora.

Yo la tengo y hago la masa en ella; después lo amaso, le doy forma y lo cuezo en el horno, y en ocasiones como en esta receta, lo enriquezco con otros ingredientes.

Además si te sobra, simplemente lo envuelves en un paño y al día siguiente sigue tierno, incluso durante 3 días.

Animaros, merece la pena!!!

INGREDIENTES:

500 Gr. de harina de fuerza.

2 Cebollas medianas (aceite de oliva para freírlas)

12 gr. de levadura fresca de panadero

1cda de sésamo

1 cta. de sal

300ml. de agua

1 Cda. De miel

 

ELABORACIÓN:

Pelar y picar la cebolla, freír en aceite de oliva, añadir un poco de sal para que sude. Cuando esté hecha escurrir en un colador y reservar para añadir a la masa de pan cuando haya levado.

EN PANIFICADORA:

Introducir todos los ingredientes en la cubeta y seleccionar el programa de amasado.

Cuando esté lista la masa, volcar sobre una superficie enharinada y seguir el modo tradicional

ELABORACIÓN TRADICIONAL:

Poner todos los ingredientes en un bol y con una cuchara de palo mezclar, hasta obtener una masa homogénea, tapar con papel film y dejar reposar en lugar templado durante 1 o 2 horas.

A continuación, sacar del bol, y sobre una superficie enharinada, amasar para sacar el aire, dar la forma que deseemos y situar sobre la bandeja del horno (cubierta con papel de hornear) tapando con un paño hasta que vuelva a doblar su tamaño.

Dar unos cortes con un cuchillo muy afilado e introducir en el horno pre-calentado a unos 200 grados, durante 40 o 45 minutos o hasta que veamos que adquiere un tono dorado.

Yo en esta ocasión lo he hecho en un molde de pirex para no tener que vaporizar, y cuando le faltaban como 15 minutos he quitado la tapadera para que se dorase la superficie. Y ha quedado crujiente por fuera y con una miga riquísima.

Vaporizar agua   durante la cocción para que la corteza quede crujiente y la miga jugosa.

Sacar del horno y poner sobre una rejilla hasta que se enfríe.

Y con una buena comida que lo acompañe o con unos sencillos huevos fritos….

¡¡¡ SALUD Y DISFRUTAD!!!