Una de las cosas que más me relaja es cocinar y entre las que
más, es hacer pan, me encanta!!!
Amasarlo, darlo forma y finalmente…. ese olor a pan recién hecho…..
uuuuuh!!!
¿No estáis de acuerdo en que es una gozada ese fantástico olor? Bueno
pues a quien no lo haya experimentado le animo, es muy fácil y realmente merece
la pena comer un pan hecho por ti, aunque sólo sea de vez en cuando.
Esta es una receta muy sencilla y entre sus ingredientes, he añadido el ajonjolí o sésamo, porque me
encanta esta semilla, además de su agradable sabor posee numerosos beneficios
por su contenido en hierro, magnesio, zinc, calcio, potasio y fibra.
Es muy suave hasta para los estómagos más delicados. Aunque
evidentemente como todo no hay que abusar pues es una semilla altamente
nutritiva y con 565 calorías por cada 100 gramos, pero un par de cucharadas
soperas en una hogaza de pan como esta no aporta demasiadas calorías y merece
la pena por su muchos beneficios.
Así pues… manos a la masa!!!
500 gr. de harina de fuerza
300 gr. de agua mineral sin gas.
1 cta. de sal
2 Cdas de ajonjolí
½ pastillita de levadura fresca de panadero (12 gr)
ELABORACIÓN:
La masa la podemos hacer a mano o en la panificadora.
Si la hacemos a mano:
Echar la harina en un bol, el ajonjolí, añadir la mitad del agua
y la otra mitad utilizarla para desleír la levadura, incorporar esta con el
agua, la sal e ir mezclando poco a poco hasta tener una masa homogénea, amasar
durante 5 minutos, tapar con papel film y dejar levar hasta que doble su
volumen ( 1 hora más o menos)
Sacar la masa cuando haya doblado su volumen y amasar de nuevo,
darlo forma y poner en la bandeja de horno con papel de hornear o molde para
hacer pan, tapar con un paño y dejar crecer de nuevo.
Mientras precalentar el horno a 200ºC.
Cuando haya aumentado de volumen introducir en el horno caliente
durante unos 40 minutos, hasta que esté dorado y suene a hueco al golpear la
base.
PANIFICADORA:
Introducir en la cubeta todos los ingredientes y utilizar el
programa de “MASA”, cuando haya terminado amasar ligeramente y darle forma,
poner en la bandeja de horno o en un molde, tapar una media hora dejándolo crecer e introducir en el horno caliente, como en el
caso anterior.
Yo en esta receta he utilizado un recipiente de pírex que tengo
con tapa, he puesto la hogaza en la tapadera y tapado con el cuenco de pírex,
cuando comenzaba a dorarse he quitado la cazuela de pírex y lo he dejado
descubierto hasta finalizar la cocción.
Un truco fantástico es abrir el horno durante la cocción y vaporizar
agua de vez en cuando. El pan quedará crujiente por fuera y esponjoso en su
interior.
Y eso es todo, ¡cuidado de no quemaros! y…
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